Recuerdo de una imagen que no recuerdo

Hace casi 20 años quise jugar a las escondidas una noche en mi casa. El televisor del hall de televisión del segundo piso estaba encendido y mi abuelito dormitaba frente a el en una mesedora «perezosa» de tela verde y armazón de madera color blanco. Esa casa era muy grande y el segundo piso tenía un balcón que daba hacia el interior de la casa dejando ver un patio interior y parte de la sala del primer piso. Si te agachabas lo suficiente, podías ver parte de la puerta de entrada que daba hacia la calle. Hace casi 20 años quise jugar a las escondidas, y esa noche en mi casa esperé en pijama sentada al lado de la perezosa verde con blanco en la cual dormitaba la televisión y mi abuelito,  a que mi papá se asomara a jugar conmigo.

No recuerdo todo muy bien, solo se que le pedí jugar solo un poquito. El primer piso estaba oscuro y pues la oscuridad y yo nunca nos hemos entendido, así que allá no se valía jugar. Creo que mi papá aceptó jugar porque yo empecé a contar… sin embargo, en algún número entre mis ojos cerrados, escuché la puerta de la entrada. Paré la cuenta y busqué con la mirada rapidamente tratando de ubicar a mi compañero de juegos… pero sabía que no estaba en el segundo piso. Así que en fracción de segundos y con la angustia de un corazón de 6 años, me agaché lo suficiente para mirar a través del balcón la puerta de la entrada… solo tengo una imagen en azul oscuro y blanco «luz alumbrado público», de uno pies saliendo de mi casa. Unos pies sordos ante mis llamados de «no te vayas».

Segundos después la puerta se cerró… y por varios años, mi corazón también.

Hace 20 años quise jugar a las escondidas una noche en mi casa… tal vez no parezca importante, pero agradezco los brazos delicados que me abrazaron esa noche y esas manos delgadas que sobaron mi cabeza y mi alma desconcertada. Esos brazos que me han dado abrazos por dos cuando, al igual que esa noche, más los he necesitado.

5 comentarios sobre “Recuerdo de una imagen que no recuerdo

  1. Es mejor asi, tener recuerdos de imagenes que no recordamos y ver cosas simplemente en azul oscuro. Gracias a esas «manos que valen por dos» nuestro corazon no necesitará nunca aclarar esa imagen.

    Como siempre, un placer haber entrado en tu mundo…

  2. Debo admitir que me hiciste estremecer, pero benditos sean los brazos que abrazan, las manos que acarician y las palabras que consuelan así sean sileciosas.

  3. Siempre, siempre, siempre, aunque no esté, sentirás mi abrazo; un abrazo con la bendición de Dios, para decirte que todo está bien y que no estás ni estarás sola.-

  4. Me ha sobrecogido tu relato. Ver sufrir a un nigno, me sobrecoge el alma, como te pasa a ti.

    Que duro, que duro! No se que decir! Tan solo que que bueno que sentiste que un abrazo valia por dos!

    Y pensar que 60% de los nignos de nuestro sufrido pais se crian con un solo abrazo! Sin contar los que ni siquiera podran tener uno!

  5. Ufff…

    Ya lo había dicho, me he perdido mucho al no haber leido esto antes.

    A mí no solo me hiciste estremecer, pues el comentario de tu mami me hizo casi hasta llorar.

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